Había olvidado que tenía un post pendiente.
Al finalizar el primer trimestre, les pedí a mis niños que escribieran una carta a sus papás para adjuntar en las notas. Los requisitos eran que tenían que pedirles cosas que no valieran dinero.
Leed primero la carta si no lo habéis hecho aún.
Como podéis ver, es la cruda realidad.
Este niño solo le pide a sus padres tiempo para estar con ellos. Les quiere mucho y así lo demuestra, pero pide por favor, que le lleven a sus actividades y que estén más tiempo con él.
Duele admitir que hoy en día muchos padres trabajan ambos y delegan a sus pequeños con los abuelos, tíos, cuidadores… Y se comprende… hasta cierta parte.
Esto invitaría a una reflexión grande y profunda sobre la economía familiar.
Sin duda alguna, habrá casos de profunda necesidad para llegar a fin de mes con varios hijos. Sin embargo, estoy segura que la gran mayoría, podría prescindir de alguna actividad, compras o caprichos, coches, viviendas estupendas, vacaciones o viajes. A todos y a cada uno de nosotros nos gusta (como es normal) tener una vida plena de cosas materiales y viajes, grandes vacaciones y buenos aparatos electrónicos… Pero… ¿os imagináis esto sin vuestra familia? ¿sin vuestros amigos? ¿Qué sería de nosotros si no tuviéramos tiempo para disfrutar de todo eso sin los nuestros? Seguramente muchos de vosotros habréis pensado que no sería NADA.
Esto es lo que les pasa a nuestros pequeños. A ellos también les gusta todo eso, no lo dudéis. También les gusta irse a sitios chulos de vacaciones, tener lo último en tecnología y tener la ropa que más le gusta. Sin embargo, sus preferencias son claras. PREFIEREN TIEMPO CON VOSOTROS.
Os invito a plantear vuestra vida de otra manera. Tal vez con menos dinero, seguramente con menor número de caprichos y últimas tecnologías. Una vida llena de tiempo con vuestros hijos y con menor carga de trabajo.
Hoy en día, tenemos muchos recursos apenas utilizados. Existen las excedencias, las reducciones de jornada… ¿por qué es tan raro pedirlas? ¿miedo?
Debemos plantearnos nuestras prioridades, y si entre ellas está la familia, ahí entran nuestros hijos y por supuesto, el tiempo que pasemos con ellos. La infancia solo ocurre una vez. Si vamos a ser los bichos raros de la empresa… ¿qué pasa? No tengo duda ninguna en que una vez empieza alguien, otro va detrás, y poco a poco se convertiría en algo natural. En tantos y tantos países ocurre esto… No puedo yo deciros que sea la madre quien lo haga. Daría igual hoy en día. ¿por qué no el padre? Alguno de los dos. ¡Quien sea! Tal vez el que más facilidad tenga de volver a su horario natural cuando crezcan los niños, tal vez el que cobre menos, o el que cobre más, el que tenga mejor o peor horario… Eso son cosas que tenéis que pensar vosotros. Pero eso sí, pensando siempre en lo mejor para vuestros pequeños y para esa familia que vosotros habéis decidido tener y formar juntos.
Nuestros padres, vuestros padres, ya han criado. Ellos ya han tenido unos hijos para educar y son mayores para estar debatiendo si encendemos la tele o hacemos deberes. No debe ser su papel. Ese es el vuestro, el de padres. Sin duda alguna podéis y debéis tomaros un respiro y dejar a los niños con los abuelos de vez en cuando, pero… ¿cómo rutina? ¿cómo obligación? ¿Y si pensamos que ellos han trabajado toda su vida y merecen descansar?
Pablo solo quiere pasar tiempo con sus padres. Cuando lo leí, vi reflejada la realidad de tantos de mis alumnos, que tiene unos padres estupendos, que se preocupan muchísimo por ellos, son niños bien vestidos, aseados y responsables, muy bien educados y que no parecen necesitar más de lo que tienen, de hecho, me sorprendí al leerla, no me lo esperaba. Este alumno se nota atendido y muy bien cuidado, pero está claro que demanda más.
Informaros que es un alumno ejemplar. Con muy buenas calificaciones, educado con sus compañeros y profesores. Aseado, limpio, ordenado…. No tiene problemas ni es un niño conflictivo. Está criándose muy bien y no tengo duda que será un adulto trabajador y educado… Pero siempre, no tengáis duda, siempre recordará que le llevaba a su “actividad extraescolar otra persona que no es la madre a la que quiero muchísimo” y no lo hace por motivos de trabajo.
¿Cómo vivían anteriormente? ¿Necesitaban tablets, teles de última generación, viajes en avión espectaculares, hoteles estupendos? ¿Tenían los mejores juguetes y la ropa de marca?
Un saludo, lectores.