La familia

            Podemos pensar en muchos tipos de familia, pero todas tienen algo en común: AMOR. La palabra familia es sinónimo de amor. Crecer rodeado de unas personas que te cuidan, ayudan, miman, enseñan… no debería crear otro vínculo más que ese.

            La paciencia es un gran aliado para los primeros años de vida de los miembros adultos de la familia, pero no es la única clave.

            Con el tiempo, hemos de saber comunicarnos con ese pequeñín que tenemos, hablar con su nivel de vocabulario y entendimiento y decirles la verdad, muy importante. Hay quienes piensan que por su bien, debemos ocultarles ciertas cosas, pero cuando un nene descubre que ha estado ignorando algo, se siente engañado, como nos podríamos sentir los mayores, y esa emoción no es agradable. Siempre debemos decir la verdad, la forma y palabras es lo que debemos estudiar.

            Como hemos dicho, las rutinas ayudan a la tranquilidad de la unidad familiar, los buenos hábitos y que todos colaboren en las tareas del hogar. ¿He dicho todos? Si, papis, todos. Tu peque de dos años ya es capaz de llevar la ropa sucia al cesto y si se lo enseñas cantando, seguramente le parecerá divertidísimo. Os sorprenderíais de lo autónomos que pueden llegar a ser.

            La convivencia familiar es algo que nos ocupa gran parte del día, de la semana… en definitiva, ¡de la vida! Necesario es que vivamos este tiempo con paz y tranquilidad.

            La FAMILIA es sinónimo de AMOR. Debe ser también sinónimo de FELICIDAD.